
Con la mente nublada por el intenso dolor que sentía en su brazo izquierdo, ahora en cabestrillo, ella salió de las urgencias del Hospital. En su rostro aún sé evidenciaban las consecuencias de la última paliza que la había propinado su marido y, como sé avergonzaba de ellas, las oculto trás unas enormes gafas de sol mientras acariciaba el parte de lesiones que la habian dado en las urgencias; que guardaba en un bolsillo de su gastado abrigo.
En su mente comenzó a pasar, como una deteriorada película color sepia, sus primeros años con él...¡Y, de eso, ya hacía la friolera de veinticinco años!. Su noviazgo, durante el cual él sé mostró como un hombre encantador y atento, su boda, los primeros años de su matrimonio, cuando todavía ningún demonio amenazaba su hogar. Pero luego, poco a poco, él comenzó a quitarse la mascara y a mostrarse ante su esposa tal como en realidad era. Vino la primera noche fuera, la primera borrachera, el primer insulto, el primer desprecio, la primera humillación, la primera bofetada, la primera infidelidad con una prostituta....
Ella comenzó a pensar, pues su marido constantemente sé lo repetía; que ella era tonta, torpe, vaga, sucia gorda y fea y que, si su marido la golpeaba, era para corregirla: por lo que debería mostrarse agradecida de que él sé tomará esa molestia.
Así, con la autoestima por los suelos,los años fueron pasando y los cuatro hijos (fruto de cuatro violaciones) fueron llegando
Pero ahora todo había cambiado; ella, quizás por primera vez en los últimos veinticinco años, haía comenzado a pensar por si misma; y había decidido qie no podía aguantar más. Su dignidad de mujer la gritaba que tenía que huir del infierno en el que vivía; pues, lo que allí estaba en juego, era su propia vida.
Por fin sus ojos encontrarin su tabla de salvación; una cabina telefónica y un numero que había visto en las urgencias del Hospital; y que había grabado a fuego en su mente. El 016: el telefóno contra el naltrato a la mujer.
CONTRA EL MALTRATO Y EL MALTRATADOR TOLERANCIA CERO