Personajillos de medio pelo
sin otro merecimiento
que su inmenso morro
invaden nuestros hogares:
que ya hasta en el noticiero
su imagen aparece.
Alardeán de haber tenido un rollo
con esa o aquella famosa;
ó que se llevaron al lecho
al famoso de turno
al que, en una discoteca de moda,
por pura casualidad engatusaron.
Nos venden su vida
en programas de máxima audencia,
eso sí, previo cobro del cheque;
que, una cosa es el altruismo,
y otra ser un perfecto prino
que no se engancha al asunto.
Que yo ya llego a pensar
que, en vez de corazón,
tienen una calculadora
que les ayuda a calcular
todo lo que les renta
su fantástico mundo Friky